La mujer artista ha sido marginada por la historia del arte y esto no es casualidad. Para empezar, se debe tener en cuenta que esto no sólo ha ocurrido en el arte. En muchos ámbitos y durante miles de años la mujer se ha visto relegada no a un segundo papel, sino a la total irrelevancia. Por ello, los historiadores de arte tratan cada vez más de estudiar el trabajo de la mujer artista. Las van incluyendo progresivamente en la historia, donde antes, aunque aparentemente no faltaba nada, había un gran espacio en blanco.
Realmente sí se conocen muchísimas mujeres dentro de la historia del arte. No se las ha permitido destacar como artistas, pero sí han sido el tema preferido de infinidad de pintores. De este modo, aunque muchos museos cuentan con una minoría de obras expuestas realizadas por mujeres, ellas son las grandes protagonistas de las salas. El museo del Prado cuenta con una amplísima colección de retratos de mujeres, tanto imágenes de elegancia y poder como multitud de desnudos.
Problemas y limitaciones
La
mujer es, como señala entre otros la catedrática e investigadora
Estrella de Diego, considerada como artista de segunda por la historia y
por sus coetáneos. Esto no implica falta de técnica o de calidad, sino
que en la pérdida de protagonismo del arte realizado por mujeres cuentan
también otros factores. Por ejemplo, la mujer no tenía permitido el
acceso a la enseñanza artística, ni mucho menos a un taller, si no era
como modelo. Pocas fueron las afortunadas de contar con familiares pintores que estuvieran dispuestos a enseñarlas. Al
estar excluida de la formación, la mujer, inexperta en temas como la
representación anatómica, solo pudo pintar temas que hoy se siguen
considerándose menores, como bodegones o naturalezas muertas.
A todo esto, hay que añadir que han sido muchas las artistas a las que se les ha arrebatado la autoría de sus obras. Normalmente esto ha ocurrido en favor de sus cónyuges u otros familiares masculinos. El menosprecio hacía la figura femenina como creadora del arte es algo por todos conocido,
desde el ámbito de la exposición hasta el valor económico. Cualquier
cuadro con una atribución a un artista masculino disminuye su valor si
se descubre que la artista fue una mujer.
Afortunadamente, los historiadores han buscado subsanar estos olvidos. Poco
a poco, el aficionado al arte puede empezar a acercarse a las grandes
obras realizadas por mujeres. A día de hoy, aunque siga tratándose de
cifras ridículas, cualquiera puede nombrar algunas mujeres que no sólo
realizaron obras de calidad, sino que rompieron con lo establecido.
Fuente: lemiaunoir
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